jueves, 21 de julio de 2011

Hacia el Monte Mayor de la Virgen

Virgen de Montemayor

La Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ha sido desde tiempo inmemorial venerada en las tierras moguereñas bajo la misteriosa advocación de Montemayor. Misteriosa, porque en su nombre encierra una de las mayores gracias con que fue adornada la elegida Madre del Salvador: María es inmaculada como las cimas más elevadas de los montes, blancas de nieve y relumbrantes de sol; es como los picos más altos, donde jamás puso el hombre pie sobre ellos; es, en fin, el lugar más alto, el que se eleva hacia el cielo acercándose a Dios.

Y los hijos de Moguer y otros muchos devotos de otras poblaciones llevan grabado en el alma, desde su nacimiento, el amor por la Virgen de Montemayor, su venerada Patrona. Otros, sin conocerla previamente, quedan impactados por la belleza de la Imagen, por la especial paz que de su presencia dimana, por la magia presente en el entorno natural en el que se levanta su templo. Y, también, por los miles de testimonios que dan fe de las gracias concedidas por la intercesión de la Virgen María bajo esta advocación de Montemayor, entre cuyos peregrinos debe destacarse al propio beato Juan Pablo II, que en junio de 1993 oró ante tan bendita efigie de María.

Para los que no pueden acercarse hasta Moguer, o para aquéllos que desean seguir puntualmente las novedades surgidas del seno de la Hermandad Matriz y de sus ocho Hermandades Filiales nace esta web, con el único objeto de difundir el nombre de la Bienaventura Virgen de Montemayor Coronada.